En su carta, Esperanza y Sanación, los obispos de California nos dicen que, “la salud mental, forma parte fundamental del bienestar. Por lo tanto, servir a las personas que sufren de alguna enfermedad mental, es parte esencial de los cuidados pastorales de la Iglesia.” En esta carta los obispos nos recuerdan que, “La vida pública de Cristo era un ministerio de sanación y esperanza. Como católicos, a imitación de nuestro Señor, hemos sido llamados a proveer sanación y esperanza a los demás. Profesamos que toda vida humana es sagrada, que todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios y, por lo tanto, la dignidad y valor de una persona no puede disminuirse por ninguna condición, incluyendo la enfermedad mental. Creemos que toda persona bautizada, tiene dones únicos que ofrecer y tiene un lugar en la Iglesia; El Cuerpo de Cristo. Por tanto, todos hemos sido llamados a asistir a aquellos en medio de nosotros, que sufren física o mentalmente; Nos comprometemos a colaborar con las familias y seres queridos, los profesionales de la salud mental, las organizaciones comunitarias, y todas las personas e instituciones que participan en esta importante labor”.
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