Declaración de la Diócesis Sobre Nueva Demanda

Declaración de la Diócesis Sobre Nueva Demanda

SAN DIEGO (8 de enero de 2020) – A continuación la declaración de la Diócesis Católica de San Diego sobre la rueda de prensa que se realizó el día de hoy sobre el Padre Efrén Cirilo Neri:

El Padre Neri era sacerdote de la Arquidiócesis de Yucatán, México; sirvió en la parroquia de Cristo Rey en Rialto, California de 1951 a 1959. En ese tiempo, Rialto formaba parte de la Diócesis de San Diego. Hoy en día forma parte de la Diócesis de San Bernardino. En 1958 se le acusó de haber engendrado un hijo, cosa que él negó. La investigación formal de la Iglesia quedó inconclusa, pero se proveyó apoyo para el niño y posteriormente el Padre Neri buscó tareas en otras jurisdicciones.

Nunca fue transferido. Nunca fue removido del sacerdocio. Dejó su trabajo en Rialto y adquirió nuevas responsabilidades en la Diócesis de Fresno, donde sirvió en varias parroquias hasta que problemas médicos lo obligaron a retirarse en 1976. Falleció en 1982 en Fresno.

Se le “otorgaron facultades”, es decir, permiso para trabajar como sacerdote, cuando tuvo su asignación en Cristo Rey en Rialto. Cuando se fue de allí, no necesitaba más esas facultades, por lo que fueron terminadas. A cambio, se le otorgaron facultades en la Diócesis de Fresno cuando obtuvo empleo ahí. Tras un período estándar de 5 años, solicitó y se le otorgó permiso para oficialmente cambiarse de la Arquidiócesis de Yucatán a la Diócesis de Fresno. Se convirtió en sacerdote de Fresno en 1965.

La acusación de paternidad fue revelada a la Diócesis de Fresno.

Su nombre no aparece en la lista de sacerdotes acusados porque jamás se recibieron reportes que acusen al Padre Neri de mal comportamiento con un menor. Ni en San Diego, ni en San Bernardino, ni en Fresno.

Sin conocer detalles sobre este caso, sabemos que tenemos la obligación moral de asistir a cualquier víctima-sobreviviente de abuso por parte del clero, por lo que instamos al abogado en este caso a que se comunique con nosotros para que se pueda organizar terapia a nuestro cargo. No hay condiciones previas y la oferta de terapia se mantiene independientemente de cualquier demanda contra la diócesis.

El abuso sexual a menores es un acto de maldad, independientemente de cuándo ocurra, pero como resultado de varias reformas en 2002, e incluso antes -incluyendo capacitación obligatoria de Ambiente Seguro para el clero y para personal de todas las iglesias y escuelas, capacitación anual acorde a la edad para alumnos en escuelas católicas y educación religiosa, verificación de antecedentes penales y una mayor conciencia y vigilancia- no se ha reportado ningún incidente nuevo de abuso a la diócesis en casi dos décadas.

Puede encontrar detalles sobre los pasos que la Diócesis ha tomado para prevenir y reportar el abuso en nuestro sitio de internet www.safeinourdiocese.org

Finalmente, queremos invitar a cualquier víctima-sobreviviente de abuso sexual a participar en el Programa de Compensación Independiente establecido el año pasado como una vía adicional que pueden usar para presentar sus reclamos legales. No existe costo ni obligación para las víctimas, y el proceso es confidencial. Si pasan por el programa de compensación y deciden rechazar la oferta de compensación que reciben, no habrán renunciado a su derecho de presentar su reclamo en los tribunales. En la mayoría de los casos, una víctima-sobreviviente que califique recibirá una oferta dentro de los 90 días posteriores a la finalización de su reclamo.

About the Coat of Arms

Bishop Pulido’s coat of arms is divided into four quarters with wavy horizontal lines from top to bottom. The blue and white lines represent the Blessed Virgin Mary. They also suggest water, which alludes to Jesus washing the feet of His disciples and to the waters of baptism. The red and gold lines represent the Holy Spirit and fire. The colors also can be seen as referring to the Blood that (along with water) poured from Jesus’ side at His crucifixion, as well as to the bread (gold) and wine (red) transformed into the Eucharist. At the center is a roundel featuring a symbolic representation of the “mandatum” (washing of the feet), which he believes exemplifies service to all humanity. The roundel’s outer edge is a line composed of small humps; it is borrowed from the coat of arms of the Diocese of Yakima, where Bishop Pulido served as a priest before being named a bishop.

About the Coat of Arms

Bishop Pham’s coat of arms depicts a red boat on a blue ocean, which is crisscrossed by diagonal lines suggesting a fisherman’s net. This symbolizes his ministry as a “fisher of men,” as well as how his own father had been a fisherman. The boat is also a symbol of the Church, which is often referred to as the “barque of Peter.” At the center of the sail is a red beehive (a symbol of the bishop’s baptismal patron saint, St. John Chrysostom, who was known as a “honey-tongued” preacher). The beehive is surrounded by two green palm branches (an ancient symbol of martyrdom; the bishop’s ancestors were among Vietnam’s first martyrs). The eight red tongues of fire around the boat are a symbol of the Holy Spirit and a representation of the diversity of ethnic and cultural communities. The red of the boat, the beehive and the tongues of fire allude to the blood of the martyrs.

About the Coat of Arms

The coat of arms combines symbols that reflect Bishop Bejarano’s spiritual life and priestly ministry. The main part of the shield shows four wavy vertical lines on a gold background. These represent flowing waters. This alludes to his chosen motto and also symbolizes the graces that come from the Divine life to quench our thirst for God. The upper third of the shield is red because it is borrowed from the coat of arms of the Order of Mercy, of which the Bishop’s patron saint, Raymond Nonnatus, was a member. The central symbol resembles a monstrance because St. Raymond is often depicted holding one. The Eucharist is Bishop Bejarano’s inspiration for his vocation. It was through the Eucharist that he received his call to the priesthood at age seven and which keeps his faith and his ministry going. It represents the call to offer oneself as a living sacrifice. The monstrance is flanked on either side by an image of the Sacred Heart, alluding to the mercy of God and echoing the idea of a sacrificial offering of oneself united to the sacrifice of Christ, and of a rose for Our Lady. It is an allusion to Our Lady of Guadalupe, patroness of the Americas, and highlights the bishop’s Hispanic heritage.

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