La diócesis convoca un Sínodo para acoger a los jóvenes adultos
En otoño de 2019, el obispo Robert McElroy convocó un sínodo que pidió a los jóvenes adultos de todas las parroquias que "soñaran en grande" sobre cómo crearían una Iglesia que comprometiera a su generación y les ayudara a crecer en su fe.
El sínodo, titulado "¡Cristo vive! Un tiempo de sueños y decisiones", se basó en la consulta que la diócesis convocó en 2016 y que dio lugar a la transformación de la forma en que la Iglesia local acoge y sirve a las familias de hoy.
Ambos sínodos se inspiraron en el Papa Francisco, que instó a los obispos de todo el mundo a actualizar sus ministerios para servir a las familias y a los jóvenes adultos en documentos docentes separados. En "Christus Vivit" (Cristo vive), publicado en marzo de 2019, el papa reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los jóvenes de hoy y los alentó a ser voces vibrantes en la Iglesia.
Al igual que en el sínodo de la familia, el obispo buscó una diversidad de voces de adultos jóvenes, de 18 a 39 años, que eran activos en la Iglesia y aquellos que se consideraban no afiliados. Representaban una variedad de orígenes sociales, económicos y culturales, incluidos los militares, los "Dreamers" y LGBTQ, entre otros. Más de 230 jóvenes adultos se reunieron en siete decanatos (agrupaciones) y compartieron sus experiencias en la Iglesia y propusieron formas en que la diócesis y las parroquias podrían apoyarlos y nutrir su vida espiritual.
A finales de octubre, unos 130 de ellos se reunieron en Asamblea General para concretar las ideas surgidas de esas reuniones y formular recomendaciones, que el obispo se había comprometido a poner en práctica.
Entre las propuestas figuraban peticiones para que cada decanato acomodara mejor a los jóvenes adultos programando misas y confesiones los días laborables por la tarde; y para que cada parroquia añadiera una partida a su presupuesto para el ministerio de jóvenes adultos
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El obispo McElroy también emitió algunas recomendaciones propias: que, para finales de 2022, los jóvenes adultos ocuparan el 25% de las funciones litúrgicas y de liderazgo en cada una de las 98 parroquias de la diócesis; que nombraría el mismo porcentaje de jóvenes adultos para diversas juntas y comisiones a nivel diocesano.
Un comité de implementación estaba comenzando su trabajo cuando COVID-19 comenzó su marcha mortal a través del mundo a principios de 2020. El grupo suspendió su planificación en medio de cierres y cuarentenas.
Su trabajo se reanudó a principios de 2022. Cada uno de los siete decanatos ha convocado a un equipo de liderazgo de adultos jóvenes para compartir programas y eventos en cada región, una de las primeras recomendaciones.
"Las prioridades establecidas por el Sínodo de Adultos Jóvenes siguen estando a la vanguardia a medida que salimos de la pandemia, que detuvo gran parte del progreso que estaba en marcha", dijo la canciller diocesana Marioly Galván.