Preguntas y respuestas

En una carta dirigida a los fieles de la Diócesis de San Diego publicada el 14 de junio de 2024, el cardenal Robert McElroy anunció que la Diócesis presentará una declaración de bancarrota para proporcionar una compensación justa a los supervivientes de abuso sexual y continuar con la misión educativa, de servicio pastoral y de apoyo a los pobres y marginados de la Iglesia. La Diócesis presentó una petición en el Tribunal de Bancarrotas de los Estados Unidos para el Distrito Sur de California el 17 de junio de 2024.

Las siguientes son preguntas y respuestas frecuentes sobre la bancarrota de la Diócesis.

La Diócesis está presentando bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrotas. Una bancarrota del Capítulo 11 es una bancarrota voluntaria que permite a la Diócesis continuar con sus ministerios y actividades de caridad mientras busca un marco para un acuerdo completo y definitivo para demandas legales de abuso sexual. La Diócesis, escuelas y parroquias permanecerán abiertas y continuarán realizando la labor de la Iglesia. La bancarrota proveerá un camino para que la Diócesis resuelva equitativamente las demandas presentadas por sobrevivientes de abuso sexual y establezca un fondo para compensar a quienes fueron víctimas de abuso sexual en el pasado que puedan presentarse en el futuro. Durante la bancarrota, la Diócesis continuará negociando con los sobrevivientes, sus abogados y la aseguradora de la Diócesis para determinar un plan para el acuerdo justo y equitativo de las demandas.

La Diócesis anunció en febrero de 2023 que estaba considerando la bancarrota y en mayo del mismo año anunció que se había tomado la decisión de hacerlo. Desde entonces, y durante este último año, la Diócesis ha mantenido conversaciones de mediación con abogados representando a supervivientes de abuso, las parroquias de la diócesis, y Catholic Mutual, la aseguradora de la Diócesis.

No. Las parroquias, escuelas parroquiales y escuelas secundarias no estarán declarándose en bancarrota.

No. Caridades Católicas es una corporación legal independiente y no se declarará en bancarrota.

La colecta anual solicita donativos para fines específicos, como las escuelas católicas, la formación en la fe, Caridades Católicas y la formación y apoyo al clero. Todas las contribuciones se mantienen por la Diócesis en una cuenta restringida para ser utilizadas únicamente para esos fines. Cualquier fondo recaudado que exceda las metas individuales de la parroquia es remitido por la Diócesis a esa parroquia para ser utilizado por la misma.

Los donativos y contribuciones a parroquias son para fines de la parroquia. Los donativos permiten a las parroquias continuar con sus ministerios y programas. Sin embargo, es muy probable que las parroquias aporten dinero u otros activos al plan de bancarrota para obtener una liberación de su propia responsabilidad legal por demandas actuales y desconocidas.

El plan de pensiones es un plan calificado por el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés). Los planes de pensiones suelen estar protegidos, por lo que se espera que dichos fondos no se verán afectados por la bancarrota de la Diócesis.

De igual manera, los fondos en el plan de pensiones suelen estar protegidos, por lo que se espera que dichos fondos no se verán afectados por la bancarrota. En algunos casos, se afirma que los perpetradores de abuso no deberían tener derecho a los beneficios del plan de pensiones del clero; ese es un tema que se discutirá como parte del proceso de bancarrota.

La Cuenta Católica para las Parroquias y Escuelas (CAPS, por sus siglas en inglés) es una entidad independiente que mantiene los depósitos de parroquias y escuelas y utiliza esos fondos para otorgar préstamos a parroquias y escuelas para proyectos de construcción. Los fondos depositados en CAPS pertenecen a las respectivas parroquias y escuelas, no a la diócesis. Sin embargo, es muy probable que las parroquias y escuelas contribuyan dinero u otros activos al plan de bancarrota para obtener una liberación de su propia responsabilidad legal y para crear un fondo para compensar a supervivientes de abuso sexual ocurrido en el pasado y atender demandas desconocidas.

Sí. Existe una cobertura de seguro disponible que contribuirá al pago de demandas de abuso y gastos legales. La cantidad o porcentaje de la contribución aún no se determina, pero se cree que será considerable.

No se espera que la bancarrota afecte a las colegiaturas y actividades de las escuelas.

Es probable que los abogados de los supervivientes de abuso afirmen que ciertas propiedades parroquiales deberían ser utilizadas para financiar un acuerdo en la bancarrota. Estamos seguros, sin embargo, de que las propiedades esenciales para la labor pastoral de las parroquias no se verán afectadas.

Es muy probable que las parroquias y escuelas tengan que contribuir dinero u otros activos al plan de bancarrota para obtener una liberación de su propia responsabilidad legal y para ayudar a crear un fondo para compensar a supervivientes de abuso sexual ocurrido en el pasado y atender demandas desconocidas.

Las cantidades varían y por el momento se desconocen. Durante la bancarrota continuarán las discusiones y negociaciones para determinar esas cantidades.

La duración del caso de bancarrota depende de muchos factores que no pueden predecirse. A otras diócesis les ha tomado hasta cuatro años. Sin embargo, basándonos en los esfuerzos que la Diócesis ha tomado para mediar con los abogados de los supervivientes durante el último año, esperamos y confiamos en que la bancarrota se resolverá más rápidamente.

Sobre el escudo de armas

El escudo del obispo Pulido está dividido en cuatro cuarteles con líneas horizontales onduladas de arriba abajo. Las líneas azules y blancas representan a la Santísima Virgen María. También sugieren el agua, que alude a Jesús lavando los pies de sus discípulos y a las aguas del bautismo. Las líneas rojas y doradas representan el Espíritu Santo y el fuego. Los colores también hacen referencia a la Sangre que (junto con el agua) brotó del costado de Jesús en su crucifixión, así como al pan (oro) y al vino (rojo) transformados en la Eucaristía. En el centro hay un medallón con una representación simbólica del "mandatum" (lavatorio de los pies), que, en su opinión, ejemplifica el servicio a toda la humanidad. El borde exterior del medallón es una línea compuesta de pequeñas jorobas, tomada del escudo de armas de la diócesis de Yakima, donde el obispo Pulido fue sacerdote antes de ser nombrado obispo.

Sobre el escudo de armas

El escudo de armas del obispo Pham representa un barco rojo en un océano azul, atravesado por líneas diagonales que sugieren la red de un pescador. Esto simboliza su ministerio como "pescador de hombres", así como el hecho de que su propio padre fuera pescador. La barca es también un símbolo de la Iglesia, a la que se suele llamar "la barca de Pedro". En el centro de la vela hay una colmena roja (símbolo del santo patrón bautismal del obispo, San Juan Crisóstomo, conocido como predicador de "lengua de miel"). La colmena está rodeada por dos ramas de palma verdes (antiguo símbolo del martirio; los antepasados del obispo fueron de los primeros mártires de Vietnam). Las ocho lenguas de fuego rojas que rodean la barca son un símbolo del Espíritu Santo y una representación de la diversidad de comunidades étnicas y culturales. El rojo de la barca, la colmena y las lenguas de fuego aluden a la sangre de los mártires.

Sobre el escudo de armas

El escudo combina símbolos que reflejan la vida espiritual y el ministerio sacerdotal del obispo Bejarano. La parte principal del escudo muestra cuatro líneas verticales onduladas sobre fondo dorado. Representan aguas que fluyen. Esto alude a su lema elegido y también simboliza las gracias que proceden de la vida divina para saciar nuestra sed de Dios. El tercio superior del escudo es rojo porque está tomado del escudo de armas de la Orden de la Merced, a la que pertenecía el santo patrón del obispo, Raimundo Nonato. El símbolo central se asemeja a una custodia porque San Raimundo es representado a menudo sosteniéndola. La Eucaristía es la inspiración de la vocación del obispo Bejarano. Fue a través de la Eucaristía que recibió su llamada al sacerdocio a la edad de siete años y que mantiene su fe y su ministerio. Representa la llamada a ofrecerse como sacrificio vivo. La custodia está flanqueada a ambos lados por una imagen del Sagrado Corazón, aludiendo a la misericordia de Dios y haciéndose eco de la idea de una ofrenda sacrificial de uno mismo unida al sacrificio de Cristo, y de una rosa para la Virgen. Es una alusión a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de las Américas, y pone de relieve la herencia hispana del obispo.

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