
Introducción
El 1 de noviembre de 1941, ocho estudiantes de secundaria se mudaron a una casa de madera en el 2610 de la avenida San Diego, en el casco antiguo. Desde estos humildes comienzos, el Obispo Francis Buddy estableció el Seminario de San Francisco, inaugurando así una tradición de preparar a los jóvenes para un futuro de servicio a Cristo y al Pueblo de Dios como sacerdotes.
Hoy en día, el Centro San Francisco sigue ofreciendo un programa de formación sacerdotal para hombres que estudian para la Diócesis de San Diego. Los candidatos en la etapa de discipulado tienen la oportunidad de adquirir una excelente educación en una importante universidad católica, la Universidad de San Diego. A los seminaristas en las etapas de configuración y de síntesis vocacional se les ofrece una Maestría en Divinidad de la Escuela Franciscana de Teología, ubicada en el campus de la USD. Un ambiente propicio para profundizar en la conciencia de la diversidad cultural del Pueblo de Dios, y un fuerte compromiso para fomentar y desarrollar los dones y cualidades necesarias para el liderazgo espiritual y pastoral como sacerdote son las señas de identidad de la experiencia del Centro San Francisco.
Misión
La misión del Programa Diocesano de Formación Sacerdotal es preparar hombres como sacerdotes Católicos Romanos para el servicio en la Iglesia universal y en la Iglesia local de San Diego. Este programa se basa e integra las cuatro dimensiones de la formación: humana, espiritual, intelectual y pastoral, para que los seminaristas:
- Crecer como discípulos
- Discernir su vocación
- Desarrollar habilidades de liderazgo y ministerio para satisfacer las necesidades de nuestra diversa Iglesia local.
- Configurarse con Cristo que es Pastor, Siervo y Esposo

Criterios de admisión
La aceptación en el Programa de Formación Sacerdotal para la Diócesis requiere que el futuro candidato cumpla ciertos criterios. Según la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el candidato "debe dar pruebas de un equilibrio personal general, un buen carácter moral, un amor por la verdad y una motivación adecuada", lo que incluye "las cualidades humanas, morales, espirituales, intelectuales, físicas y psicológicas requeridas para el ministerio sacerdotal."
El candidato debe ser un hombre soltero y católico confirmado de al menos 18 años de edad, no tener antecedentes penales y estar libre de cualquier impedimento para recibir las órdenes. Los candidatos no deben tener más de 50 años en el momento de su ordenación sacerdotal.
El candidato debe dar testimonio de su convicción de que Dios lo ha traído a la casa de formación sacerdotal para discernir si realmente está llamado al sacerdocio, y se compromete a llevar a cabo ese discernimiento. El candidato también debe dar pruebas de su capacidad para vivir el celibato casto, lo que incluye vivir castamente durante al menos dos años antes de entrar en el programa de formación sacerdotal. Si el candidato tiene deudas personales o préstamos estudiantiles, se espera que sea responsable del pago o aplazamiento de la deuda mientras esté en el programa. El candidato debe ser ciudadano o residente legal de los Estados Unidos, y tener un dominio adecuado de la lengua inglesa. Debe tener experiencia real en la Diócesis, con residencia en algún punto durante al menos tres años.
Fase previa a la solicitud
La formación humana ofrece oportunidades para el crecimiento personal y el desarrollo del carácter de los candidatos al sacerdocio, de acuerdo con la "verdad plena sobre el hombre", para que puedan llegar a ser hombres virtuosos de la Iglesia que demuestren madurez afectiva y reflejen, en la medida de lo posible, el modelo humano de Jesucristo. De hecho, el Seminario es una escuela de virtudes humanas, de crecimiento en honestidad, integridad, rigor intelectual, trabajo duro y tolerancia, donde el bien común se construye con solidaridad y disciplina, todo ello aderezado con humor y sana diversión.
Formación espiritual
Este programa diocesano de formación sacerdotal se esfuerza por crear un ambiente en el que los estudiantes comiencen a experimentar la fascinación de encontrarse con Dios en el misterio de su vocación. El proceso de formación sacerdotal se fundamenta en la Espiritualidad Cristiana, que invita al desarrollo de la persona en su totalidad. Desafiamos a cada persona a integrar su desarrollo oracional, intelectual, emocional-relacional, físico y pastoral con espiritualidad como eje central. La creación de un entorno que armonice estas dimensiones de la persona humana permite avanzar hacia la plenitud y la santidad.
Formación intelectual
La formación intelectual es un elemento esencial en la preparación de los seminaristas para su futura misión de anunciar y enseñar la Palabra de Dios. La formación intelectual requiere el desarrollo de la autodisciplina, especialmente mediante el uso cuidadoso del tiempo y el respeto a la necesidad de períodos de estudio en silencio. Este programa de formación busca desarrollar en cada seminarista la disciplina necesaria para su trabajo académico y su futuro ministerio sacerdotal. La primera tarea de la formación intelectual es adquirir un conocimiento personal de Jesucristo. "La formación intelectual se aplica no sólo a la comprensión integral de los misterios de la fe católica, sino también a la capacidad de explicar y defender los razonamientos que sustentan esas verdades."
Formación pastoral
El objetivo de la formación pastoral es que cada futuro sacerdote se conforme al corazón del Buen Pastor. Las experiencias de inmersión, la educación de campo, el curso CPE y las prácticas del año pastoral son las piedras angulares de la formación pastoral en el Centro San Francisco. Estas experiencias son oportunidades para que los seminaristas se transformen a través de la experiencia práctica, el desarrollo de habilidades y la reflexión teológica.
Las tardes de formación pastoral durante la etapa de discipulado se centran en las competencias interculturales, las funciones litúrgicas en el seminario y el Catecismo de la Iglesia Católica. Durante la etapa de configuración y síntesis vocacional, las tardes de formación pastoral se centran en las estructuras y el personal diocesano, el liderazgo de servicio y colaboración, la formación matrimonial y la pastoral familiar, la evangelización y las habilidades catequéticas, y la administración parroquial.