Nosotros, en la Diócesis Católica de San Diego, estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para prevenir el abuso sexual de menores y adultos vulnerables por parte de sacerdotes y otro personal diocesano. Al mismo tiempo, estamos trabajando para ser lo más transparentes posible con respecto a las acusaciones pasadas de abuso sexual.
Con dolor y vergüenza, asumimos la responsabilidad por las acciones de algunos de nuestros sacerdotes que traicionaron sus votos sagrados y cometieron abusos. Aunque la inmensa mayoría de estos casos se produjeron entre los años sesenta y ochenta, no hay nada aceptable que no sea cero.
Pedimos disculpas profundamente a cada víctima por el daño que se le ha infligido, y ofrecemos nuestra ayuda ahora y en el futuro.
A partir de 2002, la Iglesia católica estadounidense puso en marcha programas que contribuyeron a reducir drásticamente el número de nuevas denuncias de abusos. Ningún sacerdote de la diócesis de San Diego ha sido declarado culpable de abusos sexuales a menores desde 2004, según determinó una junta de revisión independiente.
La prevención y la rendición de cuentas son prioridades en todos los niveles de la Iglesia. El Papa Francisco ha tomado múltiples medidas para abordar los abusos sexuales y exigir responsabilidades a obispos, superiores religiosos y otros líderes eclesiásticos en todo el mundo. La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos ha tomado medidas significativas para responsabilizar a los obispos y ha establecido un sistema nacional de denuncia de terceros para gestionar las denuncias contra ellos.
Esta sección detalla cómo trabaja nuestra diócesis los 365 días del año para proteger a los menores y adultos vulnerables, cómo denunciar sospechas de abuso y cómo respondemos a ellas, y una lista de sacerdotes de nuestra diócesis que han sido acusados de forma creíble.
Reconocemos que no tenemos mayor responsabilidad que la protección de los niños y adultos vulnerables confiados a nuestro cuidado.
